Incertidumbre nocturna

(Aquí se abre un sueño) Que incomprensión me ha invadido inundando mi corazón con depresión. Una vez más fallo ante mi necesidad de entender el problema del conocimiento, del aprendizaje, del saber y del usar. Quedo como un títere sin cuerda, sin gracia, sin funciones y sin vida. No hay trascendencia en mis actos, ni siquiera puedo sostener mi columna en línea recta con el sol; ni con todo lo que me rodea, ni con el tiempo, ni con el movimiento. Me veo rodeado de cosas que no entiendo y que no uso, que no dejo que penetren entre mis células eléctricas; que patético me siento, ni puedo mantenerme despierto. Volteo a mi ventana y del otro lado de ella el vaporcillo por la noche de lluvia de ayer le da un toque espiritual al ambiente de la ciudad; aunque mucha luz nunca me ha gustado tanto. Cada momento que pasa cuando volteo la mirada de nuevo a la pantalla me consume, me hace sentirme inútil y desinteresado de la vida como si se hubiera instalado una fría melancolía entre mi alma y el mundo en una especie de apatía eterna a falta de una reproducción de mí mismo en el análisis de mis propias pasiones y deseos. Aquí el hueco entre mis átomos y un sentimiento rencoroso de sabor acido a mi facultad y de menosprecio propio, me recuerda cuantas veces he pensado que ahora sí me permitiré conocerme y expresarme como mejor pueda; lo de “mejor” termina facturando emociones de límites intelectuales y afectivos de los que me es muy difícil tomar el timón volviendo a la estática que interfiere con mi voluntad más profunda, escondiéndola, manipulándola y confundiéndome al grado de vaciar mi estomago y llenar mi fuerza de cansancio, de apatía y de bostezos. Quizás sólo espero un mensaje o una llamada y esto no es sino la puerta de un sueño que se abre al despertar de mi muerte -… muero o se cierra un sueño, no lo sé. Despierto- No se puede encontrar el vacio sin que se tenga con que llenar, es decir un vacio encuentra nuevos vacios que no son entendidos por nadie, ni por ninguna intención. Tejer en el vacío. De nuevo ese concepto llena mi cabeza ante el dolor de la incertidumbre… que siempre esperara.